Filosofía de una caída.

Dicen que tras una caida debes levantarte...pero olvidamos un paso previo que es de la toma de conciencia de la propia caída y en el tiempo justo y necesario...


Podemos caer en el fatídico error no ser conscientes de esa perdida de la verticalidad aunque todo nuestro entorno esté en un plano contrapicado. Si no entendemos que esa perspectiva es una señal, si nuestra propiocepción difiere de aquella que tiene el entorno de nosotros se nos pasa por alto...no nos vamos a levantar porque te estás negando la caída.

Si nos levantamos de golpe, demasiado rápido, no vamos a degustar el fracaso. Ese amargo sabor de boca debe permanecer en nosotros el tiempo necesario como para poder apreciar y valorar nuevos aromas. Esa combinación bipolar necesita su reposo, necesita su tiempo... sólo así vas a valorar tu regreso al equilibrio. 

Este periodo de tiempo del que hablo responde al paréntesis en el que debemos interpretar las señales, esos pequeños avisos en sus diferentes formas que intentan llamar nuestra atención para evitar riesgos mayores. Seguramente la caída obedece al caso omiso o una mala interpretación de esos micro sistemas de alarma en un pasado más o menos inmediato.

En deporte hablamos de pequeños dolores, fatiga, sobrecargas o ya en mayor grado roturas o diferentes patologías terminadas en "itis" pero también de estrés, exceso (o falta) de motivación o sin ir más lejos ...la presión. Este combinado se puede tomar también frío en otras facetas de nuestra vida alejadas de las zapatillas. La receta cambia lesión por enfermedad pero el plato se cocina igual...

Durante esta fase de recuperar la "normalidad" tras la caída es momento de analizar todas esas alertas a las que no quisiste hacer caso y dejarlas en la memoria a corto plazo para que no vuelvas a omitirlas. Es necesario tomar conciencia de este proceso de aprendizaje del pasado para mejorar en tu futuro. Si estas alertas las derivamos hacía factores externos o culpamos a terceras personas este proceso de aprendizaje pierde valor en la bolsa de conocimiento. 


Yo estoy aún levantándome, con ese sabor agridulce en el paladar y todos los sentidos tan alterados por un exceso de informaciones internas como inmune a los consejos externos. 

Es obvio que se debe relativizar el fracaso deportivo de un aficionado malo como yo pero la cura de humildad es proporcional a  la lección por aprender que tengo entre manos muy muy alejada del deporte y más cercana al crecimiento personal.

Ahora es momento de pequeños y meditados cambios y ilusionarse con nuevos objetivos... on the way!





0 comentarios:

Publicar un comentario